A pesar de su imagen de estrella de cine internacional y aclamado artista marcial, Bruce Lee era un filósofo de corazón. Sus libros de bolsillo contenían de todo, desde rutinas de baile, hasta autoafirmaciones edificantes y profundas sabidurías para la vida. Aunque su obra está repleta de películas clásicas, su mayor logro puede haber sido su arte conocido como Jeet Kune Do.
En una nota a sus alumnos, Bruce Lee escribió «el arte del Jeet Kune Do es simplemente simplificar». Creía en la honestidad en todas las acciones y defendía una libertad de expresión que nunca se había visto en el mundo de las artes marciales. El Jeet Kune Do fue diseñado para el combate, pero sus principios pueden aplicarse a los retos de la vida cotidiana; «no usar ningún camino como camino; no tener ninguna limitación como limitación».